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Hola. Este blog ya no se actualiza. Pero me pareció bien que todo este material siguiera estando ahí. Por si alguna vez alguien quiere leerlo, y por contribuir a la basura informática.
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18.7.07

Esta vez a Pepe Cortés y a la empresa Signes les dieron el Premio Nacional de Diseño. El acto de entrega es siempre muy protocolario, este año presidido por la infanta Cristina. Los discursos están llenos de palabras vacías, tópicos y lugares comunes, declaraciones de buenas intenciones sobre todo de los políticos... todo pertenece a una liturgia inamovible que se repite cada año.
Los premiados tienen que consensuar un discurso, que lee uno de ellos. El de Pepe y Luis, que fue quien lo leyó, podría haber sido más de lo mismo... pero no fue el caso. Aprovechar la ocasión para llamar la atención de las incongruencias en las que caemos las empresas y los diseñadores y comprometer a las autoridades es una audacia. Y utilizar una oportunidad para hacer que merezca la pena, convertir la parafernalia en utilidad, eso sí es diseño, y del bueno.
A su lado, los discursos de los organizadores y los políticos sonaron especialmente huecos, banales, vacíos... la comparación fue aterradora.
Como quiera que era un acto público, sin pedirles permiso corto y pego el contenido del discurso. Si les molesta, ya me lo dirán y lo quitaré.
Para mí, es uno de los mejores "artículos" que sobre diseño he leído en los últimos tiempos, y leo muchos. Ellos saben que ya de antes tenían mi admiración. Ahora también, mi agradecimiento.

Premio Nacional de Diseño 2006
Discurso de Pepe Cortés y Signes
Barcelona, 27 de junio de 2007

Alteza, autoridades, queridos amigos:

Seremos muy breves: Pepe y yo queremos dar las gracias al jurado, a las instituciones y a todos vosotros por este premio. Estamos muy contentos.

Bueno,…pero ya que estamos aquí vamos a aprovechar para tratar un tema, sólo uno. Tenemos poco tiempo y preferimos ser concisos: quisiéramos hablar del medio ambiente. Sí, algunos pensarán que ¡qué pesados!, otra vez con el tema omnipresente, recurrente y tan sobado. Ciertamente está de moda, va de boca en boca, pero realmente se hace muy poco, basta fijarse en como está el patio... la Tierra. Nos gustaría proponer aquí, en el foro del diseño, con las instituciones responsables presentes y ante el colectivo de creadores y empresarios, que el tema es grave y que necesitamos ayuda.

Hemos elegido hablar de ecología, de ecodiseño, porque pensamos que es uno de los temas que une a empresario y diseñador; y que nos coloca en el centro neurálgico del problema, pues conjuntamente diseñamos y producimos objetos que se están cargando el planeta, y nuestra responsabilidad es mayor que la de muchos otros.

Pero ¿cómo vivir sin objetos, sin casas, sin muebles, sin libros, sin coches…? Sí, nosotros también tenemos esta contradicción, como todo hijo de vecino, desde el emigrante a los mandatarios, pasando por un catedrático en biología. Sea cual sea tu oficio y tipo de vida, constantemente debes elegir entre diversas opciones, ir en bicicleta o comprarte un 4 x 4, reciclar el vidrio o mezclarlo con la basura, imprimir el documento o leerlo en la pantalla, construir en aluminio o en Duralmond… ¿O por qué no con las dos cosas, dependiendo de la circunstancia?

Todos estamos inmersos en la contradicción, por un lado queremos jugar limpio, optar por lo ecológico, salvar el planeta, pero por otro nos resulta imposible ser radicales, estamos confundidos. ¿Qué es más saludable medioambientalmente hablando, fabricar mesas de madera cultivada, o reciclar plástico? Muchos productos baratos que compramos han sido producidos muy lejos,con el consiguiente gasto absurdo en transporte y contaminación. ¿No son finalmente muy sucios? Por tanto, el precio se convierte en una cuestión clave en contra de la compra respetuosa. Hemos de lograr que ser limpio no suponga un extra desorbitado.
Sólo cuando lo ecológico sea asequible la gente lo aceptará. Si solo hay voluntarismo, será imposible detener el desastre que se avecina. Ya sabemos que hay quien nos acusará de agoreros, incluso algún ingenuo dirá que el planeta se recalienta él solo y que no pasará nada. También está el cínico, que asegura que tarde o temprano ya nos las ingeniaremos para sobrevivir, al menos unos cuantos…

Ante esta incertidumbre informativa, ante la falta de datos fiables, con la ausencia de organismos de referencia, el sector del diseño deambula confuso. Por eso creemos que hoy es un buen día para pedir a las instituciones que organizan el premio y a todos los involucrados en el sector, que asuman un compromiso de apoyo en este sentido. Les pedimos que nos den referencias fiables, que hagan leyes concretas, que estipulen oficialmente lo sostenible. No sólo que lo apoyen en discursos banales y protocolarios, y con farragosas promesas electorales. No, queremos compromiso real, una oficina técnica que trabaje exclusivamente en este asunto y donde todos, empresarios y diseñadores, podamos dirigirnos a obtener consejo, baremo y apoyo. En el sistema de contratación actual quien actúa limpiamente apenas está valorado. Y quien invierta en ecodiseño, debería tener algún premio.

Pepe y yo somos pecadores contaminantes, como todos, pero nos gustaría serlo menos
e ir superando contradicciones. Queremos aprender a hacerlo mejor. ¿Nos ayudarán las instituciones? Eso es lo que aquí pedimos, hermanados los premiados de este año.

Antes de despedirnos quisiéramos compartir este premio muy especialmente con nuestros equipos, la gente que colabora día a día y ha colaborado con nosotros durante tantos años,
tanto en el estudio de Pepe Cortés como en Signes y la Fundación Signes.

Muchas gracias a todos.

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Álvaro Sobrino. Diseñador gráfico, periodista y editor.
Mantiene una columna en la revista VISUAL, con el nombre de Crónicas de Pseudonimma, donde recoge opiniones de otros y las suyas propias acerca de la actualidad del diseño español.