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Hola. Este blog ya no se actualiza. Pero me pareció bien que todo este material siguiera estando ahí. Por si alguna vez alguien quiere leerlo, y por contribuir a la basura informática.
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10.10.07

Prohibido prohibir

Como le habrá sucedido a muchos, la semana pasada me tocó a mí una espera de varias horas en la Terminal 4 de Barajas. En el aburrimiento, hice algunas fotos. En la puerta de una de las tiendas de Aldeasa hay un clic de Famobil de un metro de alto, vestido de piloto. Desde fuera
de la tienda me disponía a añadirlo a la serie de imagenes absurdas, cuando se me acerca un guardia de seguridad.
- No se puede hacer fotos.
- Pues llevo una hora pudiendo.
- No, de las tiendas, no.
- Estoy fuera de la tienda.
- Sí, pero estás fotografiando la tienda.
- Ya, pero no estoy dentro. ¿qué me impide hacer la foto?
Esperaba un intento de argumento jurídico, aunque sabía que podía perfectamente hacerla.
- Lo impide Aldeasa, que la tienda es suya. Yo cumplo con lo que me dicen.
La escena era surrealista. Un guardia privado, con su ropa paramilitar, su gualquitalqui, sus esposas y su cara de malo, aplicando unas leyes que no conoce, ni por asomo, y para quien aquí los derechos de los ciudadanos los define su jefe.
- Mire, soy periodista y aquí está mi carnet. Conozco bien mis derechos, y puedo hacer esa foto.
- Ya, pero a mi me han dicho que no puede hacer fotos de la tienda.
-Bien, yo voy a hacer la foto... ¿usted qué va a hacer?
- Llamar a la Guardia Civil.
- Vaya llamando mientras saco la cámara y voy enfocando...
- Si le digo que no puede hacer la foto no sé por que se empeña...
- Pues básicamente porque así usted llama a los Guardias Civiles, que a diferencia de usted ellos sí conocen las leyes y los derechos de los ciudadanos, y le explicarán que no puede impedirme hacer la foto. Todos ganaremos, yo hago mi puñetera foto, y usted no se acostará hoy sin aprender una cosa más.
- Mire, vamos a hacer una cosa, yo me doy una vuelta durante cinco minutos, y cuando me haya ido, usted hace la foto.
- No hombre, llame a la Guardia Civil, que no quiero comprometerle ni que haga usted mal su trabajo.
Dándose la vuelta, me suelta:
- Pues también son ganas de molestar. Si le digo que no la puede hacer, es que no la puede hacer....
Y efectivamente se fue. Y por supuesto, sin llamar a la Guardia Civil. Aunque estoy seguro de que me vió hacer la foto.

Señores de Aldeasa: Tratándose de derechos, no hay vulneración pequeña. Dediquen a sus pistoleros a vigilar que no les roben sus licores y sus colonias, y si acaso, a velar también por la seguridad de sus empleados y la de sus clientes. Fuera de eso, dejen que sea la Benemérita quien se encargue de los sospechosos ciudadanos con sus peligrosas cámaras fotográficas. Nos quedaremos más tranquilos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La última vez que estuve en Barajas presencié una concentración de las empleadas de Aldeasa. Hacían sonar silbatos y portaban pancartas y una muñeca hinchable que representaba la "empleada tipo Aldeasa", la cual trabaja 24 horas sin rechistar, no tiene vida social ni multiplica su descendencia. ¿Por qué no trasciende este problema a los medios con la suficiente presencia? Quizás el control que se ejerce sobre la imagen de normalidad dentro de los aeropuertos vaya más lejos que poner un matute que intente impedir hacer fotos de sus tiendas.
P.D: Firmo como "Anónimo desde la discrepancia" más para que sepas quién soy que por que discrepe por sistema, que no es cierto. :-)

Anónimo dijo...

Acabo de encontrar esto que al menos pone en duda el derecho a hacer fotos dentro de un aeropuerto, aunque sea de tiendas instaladas en él:
http://www.quesabesde.com/noticias/fotografia-museos-calle-leyes,1_3368

Al no referirse explicitamente a aeropuertos, reproduzco aquí un caso que se dá en estaciones de ferrocarril:
"José Guerrero, abogado, no lo tiene tan claro: "La estación es un recinto -explica a QUESABESDE.COM- y tú puedes tomar fotos de lo que se ve desde la calle, pero no dentro de la estación. Si desde la calle se ve el andén, puedes fotografiar el andén, pero no puedes hacerlo dentro. El concederte el permiso o no depende de quien tenga el mando."

Álvaro Sobrino. Diseñador gráfico, periodista y editor.
Mantiene una columna en la revista VISUAL, con el nombre de Crónicas de Pseudonimma, donde recoge opiniones de otros y las suyas propias acerca de la actualidad del diseño español.