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23.11.08


Cierre de la Riviera

Una malísima noticia para la cultura madrileña. Gallardón ha iniciado una caza de brujas para sacudirse la responsabilidad, que la tienen él y los suyos, en el fallecimiento de Alvaro Ussía, ese muchacho a quien unos matones a los que dan en llamar “personal de seguridad”, maldito eufemismo, apalearon presuntamente a la puerta de una discoteca hasta causar su muerte.
Gallardón es ese hombre gris para quien la cultura no existe. Allá por donde pasa, primero fue la Comunidad y ahora el Ayuntamiento, cambia los departamentos de Cultura y los llama “de las artes”. Las artes son de los artistas, y el arte es subjetivo y prescindible. La cultura lo es de los ciudadanos, y objetiva. Por eso no le gusta a Gallardón. Su promoción de las artes es casi siempre la de los paniaguados, mediocres, innecesarios, los amiguetes, eso es lo que le gusta a Gallardón. Para él, la cultura es mercado. Y por tanto, negocio. Y el negocio es siempre de los que tienen, para que tengan más. Pero no de los ciudadanos.
Madrid es cada día más aburrido, señor alcalde.
Primero fue el “guateque” de extorsión y esquilme que desde el Ayuntamiento se hacía a los empresarios a cuenta de las licencias de actividad. Cuando le pillaron, propuso la solución de privatizar la concesión de licencias, eso sí que es sacarle partido a los propios errores.
Hoy nos cierran la Riviera, Moma, el But y Macumba. No consta que de un día para otro la situación de sus licencias haya variado, lo único que está peor después del triste fallecimiento del muchacho es la credibilidad de don Alberto y sus concejales. Y eso es lo que motiva los cierres.
En todos los casos, el motivo es la irregularidad burocrática, relacionada con las licencias. Es curioso, no ha ido a por los locales que acumulan denuncias por violencia, discriminación xenófoba, tráfico de drogas o venta de alcohol a menores. No, como se trata de una medida para lavar su imagen, hay que ir a por los locales emblemáticos. Y si por el camino nos llevamos por delante algún templo de la cultura, no importa, porque esa cultura no es la que le gusta al alcalde para los madrileños. Porque el alcalde sabe bien lo que es bueno para los que vivimos en Madrid, aunque no le entendamos.
La Riviera llevaba abierta desde 1964, cerrarla de un día para otro argumentando problemas de papeleo no es admisible. Sobretodo porque los problemas de papeleo y licencias en Madrid todos sabemos a qué se deben: una inoperancia de los funcionarios a la que se suma una manifiesta “falta de generosidad” de los empresarios, que no ayudan al negarles una coima que siempre ayuda a engrasar los expedientes.
Hoy es un día triste para los que hemos disfrutado tantos años de los conciertos en La Riviera. Un día triste, en un Madrid cada vez más triste.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por el perfil de Gallardón. Cuando salgo de Madrid, en Catalunya, en Euskadi, en Zaragoza, siempre me dicen: qué suerte que en Madrid teneis a Gallardón, aunque sea del PP debe ser un buen alcalde... son los peores, los que aparentan ser lo contrario de lo que son. Como Bono en el psoe, otro elemento inquietante.
Que nos devuelvan a Manzano, que aunque era bobo nos reíamos y se vivía mejor.

Anónimo dijo...

Vaya, nunca había estado en La Riviera. Parece que ya nunca iré.
Esto pinta mal.

Álvaro Sobrino. Diseñador gráfico, periodista y editor.
Mantiene una columna en la revista VISUAL, con el nombre de Crónicas de Pseudonimma, donde recoge opiniones de otros y las suyas propias acerca de la actualidad del diseño español.