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Hola. Este blog ya no se actualiza. Pero me pareció bien que todo este material siguiera estando ahí. Por si alguna vez alguien quiere leerlo, y por contribuir a la basura informática.
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11.9.13

sobre la vía catalana, la consulta y el corro de la patata

Hoy es once de septiembre, y en Catalunya se celebra la Diada. Hay convocada una cadena humana para reivindicar la independencia.
Visto que no soy capaz de hacerme entender, e indefectiblemente en redes sociales o en los bares –mejor– cada vez que sale el tema acabo tarifando con alguien, trataré de puntualizar una vez más sobre ello.
1. Soy partidario de la consulta (de esta y de otras muchas que nadie pide) y que el resultado sea vinculante.
2. No soy catalán, por tanto no podría votar. Ello me evita el trance de decidir. Pero mi opción es clara y voy a muerte con ella: quiero lo que quieran la mitad más uno de los catalanes.
3. No es aceptable la vía emprendida por los políticos. Lo primero, ha de ser una consulta vinculante para saber qué quieren los ciudadanos. No para declarar la independencia, sino para decidir que ese es el objetivo. Y esa consulta ha de hacerse de espaldas a Madrid, al Gobierno y al parlamento español. Sea o no constitucional. Un proceso de independencia no puede ser de mutuo acuerdo. Este proceso de pedir permiso es perverso en sí mismo. Primero se decide, después se negocia, y no al revés.
4. En la solución final, debe contemplarse la opción individual, que cada ciudadano pueda decidir de qué lado cae, sin que eso afecte a sus condiciones de vida. Nadie habla de los criterios "para ser catalán"... y en lo poco que he leído, nunca se dice "querer ser catalán". En mi caso, por ejemplo, no reuniría los requisitos. Pero mis hermanos pequeños sí. Y como yo llegado el caso voy a querer ser catalán, llegaremos al absurdo de que mi hermana tendrá que solicitar un reagrupamiento familiar (ironía).
5. De la cadena humana convocada para hoy entiendo su valor festivo y me agrada. Pero no entiendo lo que reivindica y me molesta que sea utilizada para dar validez a la Vía Artur Mas, y eso me incomoda, porque creo que es la peor vía.
6. Esto es un proceso independentista, en el símil de "irse de casa", los políticos están actuando como si lo que se negociara fuera poder llegar una hora más tarde los sábados por la noche. Lo siento, pero no me lo creo. Históricamente la independencia se conseguía mediante la violencia física. Creo que ahora es el momento de la violencia verbal y conceptual. Pero violencia a la postre. No puede ser de otro modo. Aunque a algunos, a unos y a otros, esta farsa les esté dando interesantes réditos políticos. Esa es la trampa. Feliz diada.


Álvaro Sobrino. Diseñador gráfico, periodista y editor.
Mantiene una columna en la revista VISUAL, con el nombre de Crónicas de Pseudonimma, donde recoge opiniones de otros y las suyas propias acerca de la actualidad del diseño español.